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De Delhi a Dharamsala

Asentamiento Tibetano

Un refugio para los tibetanos exiliados

Mi visita a la ciudad de Amritsar tocaba a su fin. Regresaba a Delhi en el vuelo de las 14:45 horas. La distancia entre estas dos ciudades es de 450 km, en coche eso significa unas 7 horas como mínimo de viaje y en tren de 7 a 10 horas. El vuelo de ida y vuelta me costó 114 euros, esta ciudad no estaba prevista en mi itinerario, pero a última hora por causas ajenas tuve que cambiar un poco el trayecto, así que no me lo pensé dos veces, saqué el billete de avión y reserve el hotel. Cosa de la que me he alegrado muchísimo.

Asentamiento tibetano
Sijs en el Golden Temple

Como disponía de un poco de tiempo decidí ir por cuarta vez al Golden Temple, desde primera hora quedé fascinada con todo lo que envolvía aquel lugar. Esta vez me iría al Langar. Primeramente cogí posición en un rincón coloqué la cámara a una altura razonable y la configuré, con el disparador comencé a hacer fotos sin que la gente se diese cuenta de que estaban siendo fotografiadas.

Posteriormente me fui a los comedores. Tienes que pasar por varios puntos para recoger tu plato, cubierto y vaso. Luego entras en el comedor y te sientas en el suelo. Continuamente están entrando y saliendo gente. Pasan delante de ti con un cubo o barreño, te sirven lentejas, una especie de gachas, te ofrecen rosti y agua. Cualquier persona independientemente de su religión, casta, credo y nacionalidad puede visitar y comer en sus comedores. Una vez terminada tu comida, sales y entregas todos los utensilios a una cola grande de hombres voluntarios que están fregando y ayudando.

Asentamiento tibetano
Hombres voluntarios fregando los platos

Regresé al hotel teniendo la sensación que algo se me había quedado pendiente por ver y hacer en el templo. Estaba segura de ello.

El traslado al aeropuerto  me lo organizó está vez el Hotel City Park y me costó el doble que cuando llegué con el taxi por mi propia cuenta.

Llegué al aeropuerto de Delhi y cogí otro taxi para dirigirme al Hotel Boutique La Sagrita, calle 14 Sunder Nagar situado en la zona de las embajadas, cerca de muchos monumentos y atracciones,  www.lasagrita.com. Un pequeño hotel con mucho encanto. El precio de la habitación oscila en unos 75 euros con desayuno incluido. Esta zona es muy tranquila y segura para pasear.

Asentamiento Tibetano
Hotel Boutique La Sagrita

Aproveché el tiempo para tomar una ducha y descansar antes de que llegase Mayank Bisht y hablásemos de los cambios que tuvimos que hacer en el itinerario y como iba a continuar mi ruta.

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Hotel Boutique La Sagrita

Por la noche salimos a cenar y tuve muy claro donde quería ir. Había estado allí hacía nueve años y quería volver al Lodi The Garden Restaurant. Este restaurante se encuentra en los mismos jardines Lodi, donde la calidad y el servicio son excelentes, el precio un poco o bastante alto para el nivel de vida de allí. Tenía muy buen recuerdo de mi primera vez y esta vez tampoco me decepcionó para nada.

Estuvimos hablando de como continuar con el itinerario planeado de visitar Himachal Pradesh, ese era nuestro pensamiento, solo que ahora estábamos barajando la posibilidad de alquilar un coche y conducir hasta Dharamsala. Son unos 474 km de distancia, traducidos a tiempo de conducción unas 8:30 horas.

Sin pensarlo dos veces sacamos billetes de avión para  Dharamsala, el vuelo costaba solamente 46 euros, salía mucho más económico que ir en coche.

Tranquilamente al día siguiente hicimos el equipaje y nos pusimos otra vez camino del aeropuerto de Delhi. Este se estaba convirtiendo en mi segunda casa en este viaje.

A las 16:40 horas estábamos en Dharamsala.

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Desde el Hotel The Vaikunth

Dharamsala está situada a unos 1.450 metros sobre el nivel del mar en el distrito de Kangra en el estado de Himachal Pradesh, su nombre en hindi significa refugio o casa de descanso para los peregrinos espirituales.

Este pueblo está como dividido en dos partes; la parte baja conocida como Dharamsala y la zona alta a 7 km al norte conocida como McLeod Ganj (toma su nombre de David Mcleod, vicegobernador del Punjab en 1848), además es un asentamiento tibetano.

Mayank fue quien al salir del aeropuerto habló con varios taxistas e hizo el trato para llevarnos a Mcleod Ganj. También buscaba los hoteles; entraba, preguntaba si podía ver las habitaciones y por el precio, yo siempre me quedaba fuera esperando. Cuando pensaba que la habitación me podía agradar me llamaba y me la mostraba, el precio ya lo había acordado él. Era una buena táctica, así pude comprobar lo que me había ahorrado, si los hubiese reservado por internet el precio hubiese sido mucho más caro. Como decimos, no hay mal que por bien no venga.

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Hotel The Vaikunth en Mcleod Ganj

En Mcleod Ganj preguntó en varios hoteles, veía como salía moviendo negativamente la cabeza hasta que llegamos al Hotel The Vaikunth. Su ubicación es muy buena, situado en la calle principal y cerca del mercado tibetano y templos. La habitación era bastante amplia al igual que su baño, pero lo que más me gustó fue su gran ventana con unas vistas impresionantes hacía las montañas Dhauladhar y el valle.

Descansé un poco, pero sin demorarnos nos pusimos en marcha para conocer la ciudad. Estaba nublado y hacía un poco frio. Estaba anocheciendo y la primera impresión que tuve fue de una ciudad un poco sucia, llena de bares, restaurantes y de calles empinadas.

Cenamos en unos de los muchos restaurantes que había en la calle principal. Cuando terminamos nos dimos un paseo por la ciudad. En algunos bares había música en vivo, en otros se oía música de discoteca. Creo que tenía un concepto equivocado de este lugar, me espera una ciudad tranquila, donde la gente iba a meditar y la espiritualidad recorría sus calles.

No quise ver mucho más y me fui a descansar. Mañana sería otro día.

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