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Paro, baños de piedra caliente

Paro Rinpung Dzong

Un baño relajante

Temprano me recogieron Dawa y Dorji en el Hotel Riverview, pero  hoy era un día especial en Bhutan y el coche estaba decorado con globos y cintas de colores. Era la fiesta de Bisho Karmo, que consiste en hacerle rituales a los coches y los engalanan para tener buena suerte.

Antes de salir hacía Paro, Dorji me comenta que tiene que hacer unas gestiones en el banco, me preguntó si no me importaba esperar. Me vino como anillo al dedo, aproveché para irme sola a fotografiar y grabar al policía que dirigía el tráfico. Es digno de ver los movimientos que hace con las manos, se parece más a una danza.

Paro Rinpung Dzong
Tshewang Lham Farm House

Como me sobraba tiempo me dirigí a una parte de la ciudad que desconocía, me encontré con unas casas de 2 plantas antiguas, típicas butanesas con sus tiendas en la parte inferior de la vivienda, aquello era la esencia del país que sobrevivía a las nuevas construcciones. Al final solo nos fuimos Dawa y yo a Paro, Dorji se uniría a nosotros a la hora del almuerzo.

El sol lucia en su esplendor y el trayecto de unos 54 km es muy agradable, teníamos buena carretera. Gente mayor estaba sentada en la cuneta vendiendo sus productos agrícolas, otros de fiesta decorando sus coches. Hicimos una parada para fotografiar el Tamchog Lhakhang, templo privado (si se pide permiso se puede visitar) que se accede a él por un puente colgante. Está dedicado a Thangtong Gyalpo, maestro budista, yogui, medico, herrero y arquitecto que construyó unos 58 puentes colgantes desde finales del siglo XIV y principios del siglo XV.

Paro Ringpung Dzong
Hotel Olathang

Llegamos a Paro y lo primero que hice fue fotografiar el Paro Rinpung Dzong con su puente de madera, el más antiguo de Bhutan. Seguidamente nos fuimos al Hotel Olathang para registrarme. El edificio se parece a un dzong, fue construido en 1974 para los invitados a la coronación del cuatro rey. Está retirado de la ciudad y lo califico de muy normalito.

Regresamos a la ciudad para almorzar en el restaurante Charo, donde se uniría Dorji a nosotros y continuar con la visita al Kyichu Lhakhang. Tenía unas ganas enormes de conocer unos de los templos más venerados del país, en mi primer viaje no fue posible visitarlo.

Kyichu Lhakhang, se cree que fue construido en el año 659 por el rey Songtsen Gampo del Tibet, para clavar el pie izquierdo de un ogro gigante que estaba impidiendo la propagación del budismo. Construcciones adicionales y un tejado de oro fueron añadidos en el año 1839 por el gobernador de Paro y el vigésimo quinto Je Khenpo. No había mucha gente, algunos ancianos rezando y girando las ruedas de oración.

Paro Rinpung Dzong
Decorado para Bisho Karmo

Es un templo en que se respira una paz increíble.  Era maravilloso ver sus pinturas, pero no se puede hacer fotos. Había un monje y decidí  lanzar los dados para ver que me deparaba el futuro, tenia que concentrarme en lo que deseaba pedir, una vez lanzados el monje me dijo que había sacado el número ocho (el número de ese templo) que era señal de muy buena suerte, que lo que había pensado o deseado se cumpliría. Dorji me preguntó que qué era lo que había pensado, ya que Bumthang en el Jampey Lhakhang el monje me había dicho lo mismo, claro está que le dije que eso era un secreto.

Volvimos al hotel para recoger el bikini, Dorji me había reservado un baño de piedras calientes, muy famosos en Bhutan, dijo que me vendría muy bien, sobre todo por la subida que nos esperaba mañana al Nido del Tigre. Me llevó a Tshewang Lham Farm House.

Los baños de piedras calientes hay que reservarlos por los menos con 3 horas de antelación. Son piedras del río que las calientan al fuego y en una bañera de madera las introducen para que se caliente el agua. La bañera tiene una tabla que te separa de ellas, a medida que pasa el tiempo si lo deseas vas pidiendo que te pongan más piedras, depende de lo uno pueda aguantar. En la sala donde estaba tomando el baño había 6 bañeras, pero yo estuve sola todo el tiempo.

Paro Rinpung Dzong
Baño de piedras calientes

Permanecí más de una hora dentro de la bañera y tengo que decir que el dolor que tenía en mi brazo derecho desde hacía meses, desapareció. Aconsejo que se beba agua mientras estas tomando el baño.

Una vez finalizado quisieron llevarme al hotel para cenar. Les pregunté donde cenarían ellos y me contestaron que lo harían allí mismo, mi respuesta inmediata fue que cenaba allí con ellos, que nada de hotel.

Entramos a la casa de huéspedes y cenamos sentados en el suelo en una habitación grande que también servía para dormir. La señora de la casa nos sirvió arroz blanco, carne y verduras. Las verduras no pude comérmelas pues el picante que le habían puesto era una barbaridad para mí, creía que lanzaría fuego por la boca y las orejas, eso sí, la comida la acompañé con el licor de arroz.

 

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