Una joya escondida en el Himalaya
Si hay una joya en Ladakh, esa es el monasterio de Alchi. El primer monasterio que visitaba en llano, desde el exterior parece ser insignificante, destartalado y llegas a pensar que seguro no merecerá la pena, sin embargo ha sido uno de los monasterios que más me ha fascinado e impactado.
Desayunamos en el hotel, y como éramos los únicos clientes, verdaderamente los camareros se esmeraron en atendernos como reyes.
Una vez terminado el desayuno, nos fuimos a visitar el pequeño pueblo de Alchi que se encuentra a unos 66 km de Leh. Alchi es un pueblo muy tranquilo, donde su gente vive de la agricultura y unos pocos del turismo. Sin embargo tiene un gran mercadillo de souvenirs.
Sus calles suelen ser estrechas y sus casas bajas, algunos tejados están cubiertos de la cosecha que han recolectado que ponen a secar en ellos.
No había muchos turistas, pero en el mercado se dejó notar un grupo de chinos moteros con su abrumador consumismo y aires de superioridad.
Nosotros nos dirigimos al monasterio de Alchi el cual estaba todavía cerrado al público. Así tuvimos tiempo para recorrer todo el complejo tranquilamente, es un laberinto de patios y corredores hasta llegar al río Indo.
Regresamos para comenzar con la visita a los diferentes templos. La entrada cuesta 50 rupias (60 céntimos de euro).
Está totalmente prohibido hacer fotos en el interior, de hecho un turista hizo una y el monje que había allí vigilando le hizo enseñar la foto y lo obligó a borrarla después de una grande reprimenda.
Era una pena no poder captar con la cámara la belleza que aquel complejo guardaba, pero es una cuestión de respeto. Era como un gran tesoro que tenía que ser custodiado a vida y muerte, pero no era para menos, tanto las pinturas, estatuas, las estupas eran una verdadera joya.
Viendo que no podía hacer fotos, saqué mi libreta y me puse escribir todo lo que veía. Un monje que estaba pendiente de los turistas, al verme tan afanada en describir aquel lugar, se acercó y me dio una hoja explicativa elaborada por ellos mismos de aquel lugar.
MONASTERIO DE ALCHI
Durante el reinado de Lhachen Takpa y Lachen Changchub Semspa, los Reyes de Ladakh, el gran y famoso traductor Rinchen Zangpo visitó Ladakh y fundó este famoso Santuario en 1020-1033 d.C., también conocido popularmente como el padre de la cultura y civilización ladakhi. Igualmente se dice que fue fundado por Kalden Shesrab y construido por Rinchen Zangpo.
Rinchen Zangpo contrató a numerosos artesanos famosos de Cachemira y el Tíbet para construir este santuario. Por lo tanto, ha conservado un precioso y bello reflejo de las artes antiguas. Este santuario está rodeado de diferentes estupas e instalado en su interior incalculables estatuas de Budas, especialmente el Buda Vairocana. Las paredes están maravillosamente decoradas con pinturas de diferentes mandalas que tienen profundas interpretaciones tántricas. En Ladakh es uno de los santuarios más antiguos que data del siglo XI y tiene un significado notable en su historia.
Este santuario es propiedad del gran monasterio de Likir. El mantenimiento y renovación se realizará por consentimiento de este. Originalmente pertenecía a la secta Kagyupa, ahora que se administra desde Likir está bajo los Gelug-pa.
El Alchi Chos-khor es un complejo de templos mágicos, que alberga algunas de las pinturas budistas más fascinantes de toda la cordillera del Himalaya. También se cree que en las pinturas de Alchi, existe la influencia del arte de Gandhara, una forma de arte que predominó en la región hasta el siglo VII d.C, antes de la llegada del arte tibetano.
Alchi tenía altos muros conocidos como cags-ri alrededor del complejo, parecidos a los muros de Tabo en Spiti.
El complejo está formado por cuatro templos:
- Sumtseg, un templo de tres pisos.
- Dukhang o templo Vairocana
- Lotsawa o el templo del traductor.
- Templo de Manjushree.
Sumtseg temple: tiene una elaborada fachada de madera tallada y es un templo de tres plantas. Al entrar en Sumtseg hay una gran estupa en el centro con cuatro pilares de madera tallados al igual que sus dinteles. Siguiendo el sentido de las agujas del reloj, hay una estatua grande de Avalokiteshvara, el buda de la compasión de color blanco, con cuatro manos y cuatro pequeñas estatuas, dos a cada lado.
En el centro Maitreya, el Buda del futuro, pintado de color amarillento. La decoración en la cabeza de Maitreya es particularmente impresionante. Consiste en una corona de cinco puntas, que representa los cinco Budas Dhayani o Tathagata o Budas del pasado. En la pared derecha hay una gran estatua de Manjushree, el buda del conocimiento, en color azafrán. Las paredes están llenas de pinturas, mandalas, que ilustran esquemáticamente la relación de Buda con la existencia.
En los pisos superiores sus paredes están magníficamente pintadas, Budas Dhyani en forma de mandalas, Avalokiteshvara aparece pintado en color rojo, blanco y azul, la deidad dominante de Vairocana en diferentes posturas y pinturas de caballos domina algunos de los techos. Las escaleras de acceso a la planta superior son un poco complicadas.
Vairocana Shrine: la gran capilla y la estructura del patio interno forma el templo principal, hay dos Lhakhangs principales aquí: el más pequeño a la derecha está dedicado a Maitreya, la cámara más grande está dedicada a Vairocana, el quinto y generalmente invisible Buda Dhyani.
Dentro del área abierta hay una serie de intrincadas pinturas. A la derecha hay un nuevo mandala decorado con muchos colores y hecho con granos de arena. A la derecha, detrás de este mandala, se encuentra la cámara que contiene una gran estatua de Maitreya de cuatro brazos en pie. Las pinturas de Guru Rimpoché, el Buda de la Medicina y Milarepa lo observan desde la pared izquierda, Tsong Khapa y Tara lo observan desde la pared derecha.
El Buda Vairocana es esencialmente una forma trascendente y glorificada del Buda Sakyamuni, exponiendo la doctrina. En algún momento, el Buda Vairocana es considerado como el más importante de los Budas y más antiguos del pasado. Rodeado por otros cuatro Budas llamados, Ratnasambhava de amarillo, Akshobhya de azul, Amitabha de rojo y Amoghasiddhi de verde oscuro en sus respectivos vehículos, caballo, elefante, pavo real y garuda. El vehículo del Buda Vairocana es el león y por lo general se encuentra pintado en color blanco.
En el patio del templo a la derecha hay una estatua de Chandzig o Buda de la compasión pintada en color blanco.
Lotsawa Temple: En el templo de Lotsawa hay una estatua del fundador del complejo, Lama Lotsawa Rinchen Zangpo (958-1055) y la cámara está dedicada a él. Su imagen pintada se encuentra a la izquierda, mirando a Sakyamuni que está en el centro. A la derecha está Avalokiteshvara pintado de blanco sosteniendo sus rosarios. Las paredes están pintadas con miles de imágenes de Buda y Bodhisattva. También hay una ventana a la derecha con dinero, me imagino que los devotos lo han ido ofreciendo. Muchos manuscritos están aquí custodiados. Un Mahakala (una de la más importantes divinidades protectoras dentro del budismo Vajrayana) azul posa sobre la puerta interior.
Manjushree Temple: La puerta de entrada es de madera tallada. El templo de Manjushree está en mal estado, pero una fascinante y hermosa imagen de Manjushree está en un plinto en el centro de la cámara mirando en las cuatro direcciones y dándote la bienvenida. Esta figura de Buda tiene cuatro manos. Espectaculares trabajos tallados en la madera representan figuras como elefante, tigre, garuda, etc.
Moviéndonos en sentido de las agujas del reloj, la siguiente imagen es el Manjushree sentado pintado de blanco, seguido de la versión roja con una daga y la versión azul sentado en unos tigres. Todos están rodeados por las curiosas figuras de animales como elefantes de aspecto extraño, leones de nieve, figuras de aves. Cada Manjushree tiene una bufanda khana (bufanda ceremonial tradicional qué simboliza la pureza).
Junto a la puerta de entrada, en la pared están Tsong Khapa, Avalokiteshvara (Chenresig), Sakyamuni, Tara y dos nuevos protectores más abajo, probablemente Vajrapani y Hayagriva.
El Kangyur Lhakhang es un edificio que alberga los libros de las biblias tibetanas, el Kangyur y el Tangyur. Desgraciadamente este no pudimos verlo.
Cuando terminamos la visita nos dirigimos al hotel, tomar algo fresquito y salir para continuar con nuestra visita al monasterio de Likir.
No dejábamos de hablar de la maravilla que habíamos visitado, lo teníamos muy claro que era el monasterio más bonito que hasta ahora habíamos visto en Ladakh.
(Algunas de las imágenes que he publicado pertenecen a los exteriores, en todo momento he respetado la prohibición de hacer fotos)