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La caótica ciudad de Delhi

Delhi

Una enorme área metropolitana

Delhi situada al norte de la India y con una población de unos 18.000.000 de habitantes, es una ciudad llena de contrastes, donde se habla el hindi, urdú, punjabi y el inglés.

Delhi
Jama Masjid

Fue mi primer viaje a La India y un cúmulo de sensaciones tanto positivas como negativas me abordaron. Todo el mundo que conocía y había visitado ese país me decían que para ir a La India había que estar preparado sobre todo sicologicamente porque era un país lleno de contrastes y lo que iba a ver a veces sería muy duro y hasta cruel. No se equivocaron para nada, es donde más desigualdad humana he podido ver de todos los países que he visitado de Asia.

Este viaje lo hice con un tour operador, iba sola, aquí fue donde conocí a Alberto y Carmen y desde el primer día conectamos bastante bien, de hecho ya llevamos unos cuantos viajes juntos.

Delhi
Hotel Taj Palace

Volé a Delhi con la Royal Jordanian vía Amman. Llegamos a las 5 de la mañana, nos recogieron del aeropuerto y nos trasladaron al Taj Palace Hotel. Tuvimos que esperar hasta las nueve de la mañana sentados en recepción hasta que vino nuestro guía a recogernos. No pudimos cambiarnos ni siquiera de ropa, las habitaciones estarían preparadas a partir de las 14 horas, así que destrozados de un largo viaje nos pusimos en marcha para visitar algunas lugares emblemáticos de Delhi.

El primer lugar fue la Mezquita Jama Masjid. Elevándose sobre la Vieja Delhi, construida por el emperador Shah Jahan entre 1644 y 1658, utilizó unos 5.000 obreros. Esta magnífica mezquita es la más grande de la India, en su patio tiene cabida para unas 20.000 personas. Con tres cúpulas en mármol blanco y negro y dos alminares de unos 40 metros flanquean su arco central. Hay que descalzarse para poder acceder a ella y pagar para hacer fotos.

Delhi
Mezquita Jama Masjid

El barrio que rodea la mezquita es de mayoría musulmana, calles llenas de tráfico, cables eléctricos enredados, mercados llenos de personas y animales, gente pidiendo, otros tirados en la calle durmiendo en la misma acera donde parecía no importarles el tránsito de personas ni de vehículos, ese fue mi primer impacto con la India y tengo que decir que me pareció un poco fuerte, además en la ciudad de Delhi hay una tremenda polución y el cielo nunca lo llegué a ver claro ni limpio.

Cuando estábamos en el microbús nuestro guía nos aconsejó no hacer fotos a ciertas partes del barrio porque no era la primera vez que habían lanzado piedras al vehículo por querer captar ciertas imagines.

Luego nos llevó a ver la Tumba de Gandhi o Raj Ghat, monumento que desde mi punto de vista no se lo debería perder ningún turista. El lugar está envuelto de paz, tranquilidad y sobre todo es el gran respeto que demuestran los miles de peregrinos hacia esa gran persona que fue Gandhi. En medio de una gran explanada de césped, hay una sencilla losa de mármol negro repleta siempre de flores con una llama permanente, se puede leer “Hey Ram” que significa “Oh, Señor”, fueron las últimas palabras que pronunció tras ser disparado por un fanático. Para acceder a la tumba hay que ir descalzo.

Delhi
Templo Bangla Sahib

Por último visitamos el templo hinduista de Birla o “Lakshmi Narayan Mandir”, conocido como “templo de todas las castas”, incluidos los intocables. Erigido por el industrial  B.D. Birka en 1938, ejemplo típico de la arquitectura contemporánea india. En el altar mayor hay unas imágenes de Visnú y su consorte Lakshmi.

Se terminó las visitas y lo agradecimos, no habíamos descansado nada. Hicimos tiempo para la cena e irnos inmediatamente a la cama, no se la de horas que llevábamos sin dormir.

En nuestro segundo día en Delhi visitamos el principal templo sij Gurdwara Bangla Sahib, conocido como Jaisinghpura y que originariamente fue un palacio propiedad del rajá Jai Singh, gobernante de la India en el siglo XVII.

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La Vieja Delhi

El octavo gurú sij Gurú Har Krishan residió en él en su estancia en Delhi en el año 1664. En esa época una epidemia de cólera asoló la ciudad y el gurú ayudó a los afectados ofreciendo agua fresca del pozo de la casa. Ahora esta agua está considerada curativa.

El Gurdwara es centro de peregrinación tanto de sijs como de hindúes. Está construido en mármol blanco y destaca su cúpula dorada. El templo está compuesto de cocina, estanque, galería de arte y escuela. En los alrededores del templo hay una cantidad de niños pidiendo, algunos de ellos con la cara quemada. Nuestro guía nos pidió que no diésemos dinero porque son mafias las que les obligan estar ahí y la mayoría son procedentes de Bangladesh.

Posteriormente hicimos una pequeña parada en La Puerta de la India, un arco inmenso de arenisca roja que se construyó en conmemoración de los soldados indios y británicos caídos en la I Guerra Mundial.

Delhi
Torre de la Victoria

Continuamos hacía el Parque Arqueológico Mehrauli, donde se encuentra el alminar más alto del mundo, el Qutb Minar con una altura de 72,5 metros, declarado Patrimonio de la Unesco en 1993. Lo inició Qutbuddin Aibak y sentó los cimientos del Sultanato de Delhi. Solo pudo completar la base y su sucesor Iltusmish añadió tres pisos más. En 1193 también construyó la mezquita Quwwat-ul-Islam (Poder del Islam). La obra se finalizó en 1368 por Firuz Shah Tughluq.

El Qutb Minar se construyó sobre las ruinas de Lal Kot, ciudadela roja de la antigua ciudad de Dhillika. Todavía se puede observar las columnas originarias del templo hinduista, los rostros de sus dioses hinduistas en los capiteles fueron destruidos a golpes.

Delhi
En el Museo Nacional

Después del almuerzo nos dirigimos al Museo Nacional donde puedes contemplar cinco milenios de la historia india. Cuenta con casi 200.000 obras de arte indio. Entre brocados de oro, colgantes, el Corán iluminado del siglo XVIII, el sable del emperador Aurangzeb fabricado en 1675, figuras cholas, etc, puedes pasearte y deleitarte con verdaderas joyas. Lo que si me llamó mucho la atención,  es la cantidad de escolares acompañados por sus profesores que visitan el museo.

Terminada la visita Carmen, Alberto y yo nos separamos del grupo, “tarde libre”. Le pedimos al guía que nos recomendase un restaurante para cenar y nos dijo que podíamos ir a un Mcdonalds, la respuesta nos sentó como una patada en el trasero, tal vez pensó que era lo único que nos podía gustar.

Paseando tranquilamente nos fuimos a los jardines de Lodi, el pulmón verde de la ciudad. Lugar donde acuden las familias a comer el fin de semana, corredores, entusiasta del yoga. Con paseos arbolados y praderas muy bien cuidadas puedes visitar tumbas del siglo XV de las dinastías  Sayyid y Lodi, los últimos sultanes de Delhi.

Delhi
Durmiendo en la calle

Mira por donde cenamos en el restaurante Lodi que se encuentra en los mismos jardines y fue una verdadera delicia en calidad y servicio, digno de recomendar. Al finalizar, el mismo restaurante nos llamó un taxi y nos concertó el precio con el taxista, cosa que siempre hay que hacer antes de subirse al vehículo. A pesar de todo al llegar al hotel intentó cobrarnos más dinero de lo pactado, diciendo que había puesto el aire acondicionado. Por supuesto que le dimos lo que concretado.

En el Hotel Taj Palace, todo vehículo que entraba era inspeccionado minuciosamente por policías y con espejos en los bajos, nosotros teníamos que pasar siempre controles.

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